El Ser es el que somos en los sueños, nos hace tener pesadillas; para que nos agitemos y no se nos corte la digestión, por haber cenado tarde. Es el que aparece de forma instantánea, en las decisiones importantes o situaciones de peligro; por eso al poder dejar de pensar, crea adicción en los montañeros.
El Ser es el Testigo Silencioso, que está en el espacio entre pensamientos; que no siente las mismas bajas emociones, que el ego. El Ser, al mantenerse como observador; no tiene acciones reactivas, pero sus acciones tienen mucho mayor poder. El Ser es capaz de tener percepciones energéticas, cuando nos cruzamos por la calle con una persona; antes de que intervenga el lenguaje hablado, lo primero percibido es su energía y denominamos malas o buenas vibraciones.
El Ser no solo es capaz de captar otras energías, si no que a base de entrenamiento; es capaz de detectar las que le influyen positiva o negativamente, siendo capaz de mejorar su condición e incuso sanarse.
El Ser en un nivel cuántico, es capaz de decidir lo que manifiesta; es un maestro creador, en el campo unificado que le rodea y con el que está interactuando continuamente de forma inconsciente o subconsciente. Es capaz de utilizar el poder de sus creencias e intenciones, en su campo de energía; al fijarlos en pensamientos y emociones, cuando actúan de forma coordinada con palabras y acciones. Adquiriendo un control y responsabilidad completa, sobre lo que fijamos nuestra atención o elegimos manifestarse; en todo momento siguiente, dependiendo de lo que sintamos o creamos.
Conoce el cuerpo físico, es una proyección de la energía de la consciencia; por lo que puede crear un modelo energético en el que las células, moléculas y átomos alineen para crear nuestros cuerpos transmitiéndolo sobre el ADN. El ego vive inconsciente del mundo y matriz de la realidad, pero el Ser tiene la capacidad de volver a organizar la estructura del vacío con nuestra energía, para manifestar lo que queremos ocurra. La fuerza que denominamos el Todo, es el poder de la consciencia eterna detrás de la creación; cuando estableció contacto con nuestra conciencia (en silencio mental a través de meditación), nos abrimos a lo infinito de nuestra propia conciencia. A abrirnos a su energía, que es quienes somos en realidad; nos permite sentir una poderosa sensación de bienestar, paz y amor. Y nos confirma, que este poder; tiene la capacidad de crear la realidad, afectando a nuestra biología, genética y memoria recordando nuestro cuerpo como una proyección holográfica de nuestra conciencia y son la suma de nuestras creencias sobre nosotros mismos. Si podemos cambiar, nuestras creencias sobre nosotros mismos; podemos cambiar la energía, que define nuestro campo energético y cambiar el modelo con el que nuestro cuerpo está alineado. Ya que, si observamos más de cerca nuestro cuerpo y sus energías; podremos comprender la imagen radial y semejanza fractal con nuestro creador, en todos sus modelos de alineación con e tiempo o patrones de su expansión en el espacio. No es casualidad, que el intestino donde se localiza el hara o el cerebro donde se localiza el 6º sentido; tengan forma de laberinto, pues tanto la vida como el conocimiento de ella implican su seguimiento.
Mayka Melquisedec
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